"Algunos creen que el fútbol es solo una cuestión de
vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso", afirmaba el
mítico y ya fallecido ex jugador del Liverpool, Bill Shankly, después de que le
preguntaran qué es el fútbol. Esta premisa la adoptan dos equipos de la zona
este de Londres: Millwall y West Ham United. Se odían entre sí y así lo
demuestran cada vez que hay partido. El orígen se remonta a una huelga general
en la década de los 60 y se ha ido acrecentando con el paso del tiempo. La
supremacía por el poder deportivo en la clase obrera les lleva a competir hasta
fuera del terreno de juego, entre dos de las hinchadas más temidas en el Reino
Unido: los 'Dockers' y los 'InterCity Firm'.
En la década de los años 60, el este de Londres vivió una
huelga general que causó la división de dos sectores dedicados a la metalurgia.
Por un lado, se encontraban los empleados de la zona de estibadores, que
apoyaron con fervor la huelga. Sin embargo, los trabajadores del sector del
metal se negaron a secundar dicha manifestación, lo que dio lugar a una eterna
y violenta rivalidad, focalizada en dos claros grupos, que encontraron en el
mundo ‘hooligan’ del fútbol la perfecta excusa para destapar los trapos sucios
y curar viejas heridas del pasado: los seguidores del Millwall (zona de
estibadores) y los seguidores del West Ham United (sector del metal).
Desde aquel entonces, Millwall y West Ham United han ocupado
más páginas en los diarios deportivos y en la laguna infinita de Internet por
sus pésimas relaciones y situaciones violentas cada vez que se enfrentan (la
última fecha data de 2009, en un encuentro de la Carling Cup). Desde sus
inicios, la mayoría de equipos de la zona de Londres eran de origen obrero; Sin
embargo, durante las dos últimas décadas, West Ham United y Millwall han
quedado consolidados como los máximos - y únicos - exponentes del movimiento
obrero en la capital del Reino Unido.
La rivalidad entre ambos equipos no viene por tintes
políticos (la afición del Millwall es miscelánea: hinchas de izquierdas, de
derechas, racistas…), como sucede en la mayoría de los casos en el mundo del
fútbol. El odio que se generan las dos aficiones se ramifica en dos claros
puntos: por lo local, como la rivalidad por ser el mejor equipo de la zona
sureste de Londres, y por lo laboral, como querer imponer la predominancia del
metal por encima del trabajo portuario y viceversa. Así lo confirma Matt Scott
en una entrevista: Tanto el Millwall como el West Ham quieren ser vistos como
el más fuerte. Su rivalidad viene de antaño.
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