domingo, 9 de septiembre de 2012

Los Ultras en Alemania. Parte 2



Además, la policía debería preguntarse si su propia actuación contribuye más a empeorar los conflictos que a solucionarlos. Pero, sobre todo, en la mesa de discusión deberían estar presentes los hinchas. Involucrarlos en la estrategia para controlar la violencia podría servir para identificar y castigar a aquellas personas que, con su actitud agresiva y su tendencia a los actos vandálicos, dañan a las asociaciones de balompié y a los ultras. Los hinchas están llamados a abrir la boca y señalar a quienes originan los tumultos.

Alemania tendrá en el futuro una comisión especial, formada por representantes de las autoridades deportivas y de las autoridades políticas y por representantes de los hinchas, destinada a hacer frente a los problemas de violencia en los estadios.
Así se decidió en una mesa redonda realizada en el Ministerio de Interior a la que asistieron el ministro Hans-Peter Friedrich, el presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Theo Zwanziger, el presidente de la Liga Alemana de Fútbol (DFL), Reinhardt Rauball, y Michael Gabriel, represente del Centro de Coordinación de proyectos para aficionados.

 
La creación de la comisión se produce poco después de una serie de incidentes ocurridos en la Copa de Alemania y en divisiones inferiores, muchos de ellos relacionados con el uso de pirotecnia en los estadios pese a la prohibición vigente.

Todos los participantes en la mesa redonda reiteraron la conveniencia de mantener esa prohibición y Rauball subrayó que una de las tareas que tiene la comisión es desarrollar herramientas para que se cumpla.
Rauball se manifestó además en contra de hacer más estricto el catálogo de sanciones para aficionados violentos, asegurando que una medida de esa naturaleza afectaría también a la mayoría pacífica y dificultaría el diálogo con los aficionados, que debe ser uno de los pilares de la lucha de la violencia.
Friedrich, por su parte, rechazó propuestas de prohibir el consumo de alcohol en los estadios por considerar una medida de esta naturaleza desproporcionada e ineficaz.



"Creo que es desproporcionado prohibirle a los aficionados pacíficos que se tomen una cerveza durante un partido. Además, la eficacia de la medida sería escasa porque la mayoría los aficionados problemáticos ya llegan bebidos a los estadios". Tanto Friedrich como Zwanziger y Rauball subrayaron que los aficionados problemáticos son una minoría, que está por debajo del uno por ciento, y que eso es algo que hay que tener siempre en cuenta cuando se habla de problemas de violencia en los estadios.

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